martes, 26 de abril de 2011

Highway to hell.

21/04/11 03:52 PM

Mientras iba en el carro con mi MP3 escuchando Highway to Hell – AC/DC y sentía como iba cambiando el clima y comenzó una calor infernal, no pude pensar en otro título para esta entrada. Hace bastante no salía de la ciudad, es más, no recordaba esa sensación sofoco y de mi cuerpo reaccionando ante la incesable calor, de manera que me pongo a sudar como si estuviese metido en un sauna o turco. Y eso que nos describe el señor que reside en el apartamento donde arribamos que el calor esta leve, pues ayer llovió y entonces existe es más un efecto de calor realizado por el efecto del agua evaporándose. De momento, será esperar; se supone que vamos a salir a buscar algo de comprar, víveres, ropa, en fin, muchas cosas, pues como “cachacos” que somos no poseemos muchas cosas para sobrevivir en este infierno.

En estos momentos mientras nos acomodamos, puedo describir un paisaje poco común (plantas de mamoncillo y mango cerca, una cruz que se alza sobre todos esos árboles deslumbra la iglesia del pueblo). Es algo diferente y eso me hace pensar que me alejé un poco del frío de Bogotá, además estoy ambientando mientras escribo con algo de Fly Love Jamie Foxx y a mi lado una cerveza fría Póker. ¡Qué cosas!, mi familia tiende a ser un poco indecisa; solo hasta el día de ayer se suponía que no salíamos a ningún lado y ya en horas de la noche se había decidido que viajábamos para Melgar.

No sé cuanto durar por acá, el sudor me sugiere que esta misma noche este en mi casita descansando en mi cama y viendo algo de TV. Pero bueno, quien se puede negar ante los placeres de dormir en una “colchoneta” en el piso de un lugar que no conozco con un tipo que tampoco conocemos nadie de la familia y con un calor que derrite… Será esperar. Cambio y fuera.


22/04/11 09:47 AM

Suena de fondo Soñé – Zoé. Me he levantado con la desagradable noticia de que no hay agua, ¡ups! No he podido descansar muy bien, recuerdo que a eso de las 2 AM pasadas, me levanté con un dolor de cabeza casi incontrolable: no sabría decir si la causa fue el calor, las cervezas, la comida que me indigestó, en fin, solo sé que era un dolor horrible, así que me levanté y me fui a tomar aire en la misma esquina donde se puede deslumbrar el paisaje. Ahí, con un rato de aire fresco, me pude relajar y todo fue mejor…

Ayer, efectivamente me tocó gastar un poco de plata mientras me compre una bermuda y otra camiseta, pues aunque no lo crean, no tengo esa clase de ropa. Recuerdo que para un viaje a la playa, era el típico “rolo” que estaba sentado en las arenas con un pantalón negro de dril y debajo, una toalla para que no se ensucie, claro está.

Después de dar unas vueltas y comprar otras cosas por la Av. Cafam, hemos llegado a tomar unas cervezas en un lugar llamado “las sillas rojas”. Ahí, tomamos bastante; recuerdo que en el calor, el efecto del trago es más tardío y por ende eso también ayudo a mi pésima noche, pero bueno, estamos hasta ahora en proceso de aclimatación del lugar.

Para el día de hoy se tiene planeado salir a la piscina, aunque el lugar a donde vamos todavía es incierto. Esperemos a ver qué sucede hoy.


23/04/11 09:57 AM

De fondo suena Estoy enamorado – Wisin y Yandel. Aclaro, esa música no es mía, es del amigo de mi primo. ¡Ah, verdad! Mi primo y su amigo llegaron el día de ayer, pues fue una sorpresa para todos porque pensábamos que no irían a venir por estos lugares. Aunque cuando nos llamaron y avisaron que habían llegado a Melgar nosotros no estábamos ahí, nos encontrábamos en un lugar llamado Ricaurte; esto está ubicado por la vía Melgar – Girardot, como a 40 minutos de donde nosotros estamos hospedados. Allá, decidimos llegar al Club de Policías, pues al parecer era la opción más cómoda, no había mucha gente y además mis padres al ser beneficiarios de mi hermano mayor (el policía) no necesitaban pagar nada.

Allá pudimos tomar el almuerzo, jugamos con mi padre y mi hermano menor algo de Tres bandas y después solo con mi hermano jugamos una hora de Tenis de mesa. Hace demasiado tiempo que no jugaba Ping Pong y mucho menos que jugaba con mi hermano. Y ni que decir de las Tres bandas, hace tiempos no jugaba con mi padre, es más, no recuerdo bien cuando sería la última vez que jugamos algo con él.

Como a eso de las 3 PM y después de haber terminado varios sets con mi hermano, bajamos a disfrutar de la piscina. Que puedo decir, no había mucho que ver, muchos padres de familia, nada interesante…

Mientras estábamos ahí y mientras mi primo y su amigo llegaban al lugar (iban en moto) me dispuse a relajarme un rato solo por ahí, entonces me fui a un lado de la piscina lejos de mi familia.

En esas apareció un personaje diciéndome: “El chorro se siente delicioso, ¿cierto?” Es que donde estaba había una especie de chorro que salía de la piscina y daba una sensación de hidromasaje. Pues volteé a mirar y era un tipo normal, no era nada sorprendente, pero bueno, pensé que solo me estaba pidiendo una opinión.
Entonces le contesté: – Si, la verdad se siente un poco chistoso –que respuesta tan tonta, pero bueno.

–¿Tu eres policía?
–No, para nada, a mi no me gusta eso. –Nunca me gustaría la policía o las milicias.
– ¡Ah!, entonces su padre es el policía.
–Tampoco –respondí.
–…
–…
–¿Y con quién viene entonces?
–Ah, con mis padres y con un hermano. Mi hermano mayor es el policía.
–¿Pero él se encuentra acá?
–No, el no viene con nosotros, el está trabajando.
–¿Trabaja en qué lugar?
–En Bogotá.
–¿Vos eres de Bogotá?
–Sí, soy de allá.
–¡Oh!, que bueno saberlo.
–…
–…
–¿Cierto que se siente bien?
–Si, se siente chistoso –repetí la respuesta, otra vez, que idiota yo.
–¿Y el es tu hermano? –lo decía mientras señalaba hacia él.
–Si, efectivamente es el.
–Si, se parecen mucho a su padre. Y si no le gusta esto, ¿entonces qué haces?
–Estudio en la universidad –¿me está tuteando o es mi impresión?
–Ah que bueno. ¿Y qué estudias?
–Ingeniería en telecomunicaciones.
–¡Uy, debes ser muy pilo entonces!
–Supongo que sí.
–En la central o en la Candelaria.
–Candelaria –respondí yo.
–…
–…
–Bueno, ya regreso, voy un rato por allá, hablamos ahorita.
–Perdón, ¿tú eres policía?
–Si – me respondió.
–Ok. 
Bueno, es un poco raro, pero a la final me pareció curioso ello, así que a la final me motive en seguirle la corriente, uno nunca sabe que me termine levantando al policía, pues ganas si he tenido (uno de los fetiches que tengo es por los uniformes, y pues este tipo en uniforme debe verse bien).

Volví con la familia y ahí estuve un buen rato. Después llegó mi primo y su amigo, así que nos integramos y nos pusimos a jugar un rato en la piscina.

En toda la tarde estuve dando vueltas por el club, y por ahí estaba él, vigilándome y siempre haciendo un gesto con sus ojos indicando un saludo; yo le contestaba con uno similar, pero igual, estaba con mi familia y era relativamente complicado poder hacer algo. Entonces debía esperar a tener un momento de soledad si quería seguirle la “corriente” al policía aquel.

Ya era tarde, así que ya estábamos por salir del lugar. Las piscinas fueron cerradas a las 7 Pm, así que lo único que quedaba era arreglarnos para salir del lugar. Antes de irnos, pensé en ver si lo encontraba y pues a ver qué me dice a solas, así que le dije a mi familia que me iba a dar una última vuelta y que nos veíamos en la entrada del club. Cuando ya estaba por finalizar la búsqueda, pues ni si quiera sabía si él estaba o no, me lo he encontrado sentado cerca del restaurante.

–Ah, que milagro verte, pensé que te habías ido ya –me ha dicho el.
–No, todavía no. Mi familia ya se está preparando para podernos devolver a donde nos estamos quedando.
–¿Y eso, en dónde se están quedando?
–Pues estamos hospedados en Melgar.
–A, que bueno, ¿y allá están con la familia?
–No, solamente los que estamos acá.
–Y yo pensé que usted no se quería dejar ver para invitarle una cerveza.
–Pues bueno, usted sabe que con la familia es un poco complicado.
–Sí, eso es cierto.
–¿Y usted ya sale de acá?
–Pues si, ya ahorita salimos para Bogotá.
–Ah, yo pensé que estarían cerca de acá.
–No, la verdad tengo que regresar, por lo del trabajo.
–Claro, entiendo eso. Pero bueno, asumo que será entonces vernos por allá.
–Pues sí, podría ser, a ver si allá si se deja gastar la cerveza.
–…
–¿Y cuántos años tienes tu?
–¿Cuántos me pone?
–¿17 años?
 –¡Jajajaja! –¿Será que lucía tan joven?
–¿Y entonces, cuántos?
–21 años –conteste yo con seguridad.
–No parece, pero bueno, entonces ya debes estar terminando la universidad, por lo pilo que eres.
–Si, ya estoy en octavo semestre.
–Definitivamente, muy pilo.
–Gracias.
–…
–…
–Y bueno, ¿cómo hago para poderte ubicar y tomarnos una?
–Pues para eso existe la tecnología. Si quiere, me da un número de celular y yo le devuelvo la llamada.
–Ah, claro, entonces anota. –En este momento me da el celular y pues ahora necesito el nombre para dejarlo en la agenda.
–Oye, perdón, ¿cómo es que te llamas?
–Gabriel –respondió él.
–Perfecto, el mío es Edgar.
–Bueno, Edgar.
–¿Le puedo poner ‘Gabo’?
–Si, sin problema.
–Bueno ‘Gabo’, así quedamos entonces, nos estamos hablando por allá. De todas maneras ahí le timbro para que guarde mi número.
–Listo, espero que te dejes ver.
–Claro, así será –no estoy seguro del todo de eso, pero bueno.
–¡Adiós!
 –Chao. –Sí que me apretó la mano fuerte.
Apenas iba subiendo cuando ya me estaban llamando. Ya estaban listos, así que me subí al carro y pues de esa manera hemos vuelto a Melgar. Allá cenamos en el pueblo, después con mi primo, su amigo y mi hermano nos fuimos a dar un paseo por ahí. Ellos estaban fascinados por ver tanta muchacha tan bonita, y yo, de ver tanto tipo tan bueno, pero sin poder decir absolutamente nada. Definitivamente salir con familia es un poco mamón por ello. Ya como a las 11 Pm, volvimos hasta el lugar donde estábamos descansando. Y pues así termino esa noche.


23/04/11 07:30 PM

Ya estamos en la fría Bogotá. Hoy en la mañana nos despertamos por el ruido que hacía la lluvia en un tejado, estaba bastante dura la lluvia, pero ni aún así dejaba de hacer calor; eso fue lo que nunca falto en ese lugar. Desayunamos huevos pericos, chocolate y un poco de queso campesino.

Nos alistamos y salimos a Carmen de Apicalá a conocer, pues nadie conocía (a excepción de mi hermano, el ya había ido antes con la novia). Allá solo fue entrar, tomar unas fotos en la iglesia y en el pueblo, nada raro, tomar una cerveza en el parque y ya, devolvernos para Melgar.

En el camino, convencimos a mi padre para devolvernos hoy mismo, pues mañana el tráfico en horrible y ya el calor nos tenía un poco hastiados. Entonces con esa, llegamos a Melgar a almorzar y después salir a alistar maletas para devolvernos.

Mi primo y su amigo si salieron de una vez. Ellos iban en moto y obviamente ellos arribarían a Bogotá mucho más rápido que nosotros que viajábamos en carro. Así que nos despedimos y salimos a la Capital.



En el camino no hubo nada raro, como siempre la llegada en Soacha estaba congestionada de carros, pero eso es natural en estos días. Y ya acá en casita pues me dispuse a terminar de escribir esto y a alistarme para descansar. Estaba cansado del viaje, pero bueno, a pesar de todo mis padres se portaron muy bien y pues pude estar con ellos después de algunos años (la verdad ya eran años que no salía con ellos). Si bien no se pudo hacer mucho, se gozó lo que se pudo y no se perdió la oportunidad de conocer alguien. ¡Qué risa!, me acuerdo ahora en este momento de lo sucedido por allá y me da risa, definitivamente como decía un amigo: “Las locas ya son una plaga, están en todos los lugares”.

Así termina mi grata experiencia por allá; me queda el recuerdo de mi espalda vuelta nada a causa de las picaduras de mosquito, y un leve bronceado en mis brazos y cara. Aunque eso debe ser más por el efecto del sudor que todavía no se quita. Será esperar que comience esta semana a ver que nos depara.

Cambio y fuera.

jueves, 14 de abril de 2011

La condición bipolar humana.

Es interesante poder ver que la composición de la naturaleza desde su origen, desde las partículas más pequeñas hasta las más macroscópicas cuentan con una condición de bipolaridad. En todo y para todos los ámbitos, debe haber un equilibrio para que exista aquello que se denomina neutralidad o armonía. Existe el protón y el electrón, el día y la noche, el gusto del hombre y la mujer, el blanco y el negro, el infinito negativo y positivo… Si pudiésemos ver, en todas las cosas existen esos elementos propios de la dualidad, y aún así para todo ellos, existe la opción que pensaríamos es la opción de neutralidad o equilibrio; el neutrón, la tarde, la bisexualidad, el gris, el cero.

Muchos piensan que la bipolaridad consta de una enfermedad o trastorno de la mente donde no podemos controlar los estados de nuestras emociones, incluso podemos pasar de grandes estados de euforia a estados totalmente depresivos en poco tiempo. Explican que estos cambios se deben a un problema del sistema nervioso que afectan algunas sustancias del cerebro o que en otras ocasiones se debe a la deficiencia de algunas sustancias que nos hacen caer en estados de variabilidad emotiva en lapsos de horas, días o incluso de semanas. Esta descripción anterior solamente es válida desde una perspectiva más psicológica aunque nos afecta en los diferentes ámbitos de nuestra sociedad. 

 Solo en algunos casos, la bipolaridad se puede concebir como patológica en casos de experimentar cambios extremos.

Otras personas no pueden considerar la bipolaridad como un trastorno, más bien reconocen que es una parte inherente a nosotros y es propia de la naturaleza. Reconocen que las ocasiones donde se puede volver patológico es en el momento de caer a los extremos de los sentimientos y no vivir dentro del espectro de posibilidades, pero para estos casos la bipolaridad es solo propia de algunas personas con un grado de emotividad superior, como también de personas que tienden a ser más reflexivas, más intelectuales o con ciertos talentos.

Entonces si miramos, nuestras emociones también cuentan con esa propiedad, muchas partes de la condición humana están sometidas a esa característica para que existan en nosotros la opción de escoger y de sentirnos volátiles en algunos aspectos de nuestra vida. No siempre podemos ser felices como también nunca podemos estar tristes; si bien, hay días donde podemos sentirnos más alegres que otros, también podemos un día sentirnos más tristes. Eso es algo de la esencia de nuestra naturaleza y de nuestros sentimientos y darle negación sería complicado.

Entonces, porque negar a veces nuestra tristeza, porque no querer demostrar nuestra debilidad y porque sentirnos avergonzados si son estos sentimientos los que nos describen en un determinado momento. Hace parte de nosotros; si podemos demostrarle al mundo que estamos felices, radiantes, sin problemas pues también podemos hacer lo contrario.

 La condición natural de la bipolaridad nos permite expresar nuestros sentimientos en diferentes momentos de la vida.

Apoyo de sobremanera que demostremos nuestros diferentes sentimientos, muchas veces estamos tan acostumbrados a que nos vean con un solo estado anímico que la posibilidad de ver otro estado nos cuesta trabajo asimilarlo e incluso, puede llegar a ser preocupante (preocupación en vano) pues como decía anteriormente, nosotros no podemos definirnos en un solo estado emocional.

Acepto con todo esto que podía sentirme triste por muchas cosas, la vida no me da un momento de plena felicidad y quería sentirme en mi lado de tristeza, de soledad, de negativismo. Aflorar los sentimientos me permitió “matar” los demonios internos y darle de nuevo a la dicha la posibilidad de ser parte actual de mí. No podría sentirse mejor, es como si pudiese gritar para desahogar muchas cosas internas. Recuerdo que alguien me decía que llorar no nos hace más débiles, pues son parte de expresar nuestros sentimientos. Pues antes de acabar esta semana lo pude hacer, depure de mi interior amargas experiencias y sensaciones para así darle un espacio a la buena energía que usualmente me caracteriza.

Por ahora solo será pensar las cosas sucedidas en este tiempo. Usualmente cuando más depresivo estás tienes la opción de percibir, de pensar y de construir muchos conceptos, permite pensar algunas posibilidades y reafirma otras. En este momento de soledad, todavía sigo pensando…

martes, 12 de abril de 2011

Que nadie vea.

Les quiero compartir la siguiente canción, a solicitud de un buen amigo de mi vida. Juanito, ahí va:

Que nadie vea - Ricardo Arjona.

Es bueno poder reflexionar lo que nos comparte este cantante y además nos deja mucho que pensar. Disfrútenlo.

viernes, 1 de abril de 2011

¿Y cuál es el próximo paso a dar?

Esta semana estuvo complicada, no solo por los trajines de la universidad, además pues el desgaste que llevaba acumulado a causa del nuevo empleo y en fin, otras cosas de la diaria rutina que me tenían en un estado tétrico al mejor estilo zombi.

Los cambios planeados no salieron como esperaba, si bien dije que quería un cambio de empleo, de vida, de rutinas, no se logró el objetivo completo. Referente al estado laboral, la cosa no fue tan productiva como pensé o sugería parecer y a diferencia de lo que creía, los turnos al mejor estilo furcia no son lo mío. Mi desgaste en estas tres semanas fue notorio, a pasos grandes: en poco tiempo pude notar que mis horarios de sueños se suprimieron a ser casi nulos, comenzaron a aparecer facciones de cansancio como ojeras y ojos rojos, el doping a causa del tinto y el cigarrillo ya me tenían con un comienzo de gastritis y con una toz seca que ya era molesta y desagradable y pues lo que más me incomoda, comenzó a afectar la academia en tal punto que por ello me tiré un parcial de Medios de Transmisión al no poder estudiar de manera adecuada. Con resentimiento a mi mismo puedo decirme en la cara frente a un espejo que la embarré, la defequé, no hice lo correcto y ahora no hubo más remedio que renunciar para volver a un estado de tranquilidad mientras vuelvo a adaptar mi cuerpo a como estaba anteriormente.

Por el lado de lo personal, por ahí pensé en encontrar pareja, pero eso de pasar hojas de vida se torna un poco desgastante y mamón. La verdad si quiera el esfuerzo me llegó a no conocer a nadie, solo un amigo que pues si bien quedamos en un común acuerdo de hacer un trato de amistad, pues no me puedo quejar; es un nuevo amigo y para que, excelente nuevo amigo. Por este lado las cosas no fueron perdidas: no encontré al amor de la vida, pero encontré a un buen compañero para compartir experiencias.

El ámbito académico luce bien, aunque ya me preocupaba y mis compañeros notaron mi concentración dispersa, asumo que causada por el efecto del sueño corto. En este momento no podría pensar en una mayor prioridad que la académica, es lo que me mueve a hacer las cosas y pues la impulsora de ideas y de aprendizaje. Por ello también pensé en tomar la decisión de renunciar de trabajo y convertirme en una cifra porcentual más de la estadística de desempleados actuales del país. No puedo concebir que me eche alguna materia, pues mi afán es el de poder obtener mi título profesional para seguir adelante, así que pues a asumir los sacrificios necesarios por mi buen ámbito académico.

La familia está en un estado bipolar: por una parte, andaban bastantes preocupados por mi estado deplorable, no se sentían conformes de mi situación y sin embargo no me decían nada pues ellos respetan en lo posible cualquier decisión que tome. Pero en este caso, ellos no se pudieron quedar callados, a la final, no les ganó ver como me estaba enfermando y no podía dormir por estar haciendo un esfuerzo inhumano. A la verdad, consideraron que era lo mejor para mí el no seguir en mi cargo actual, pues el sacrificio era mucho para la poca remuneración adquirida. Además como lo expreso mi padre: “… usted no necesita sacrificarse, si bien no hay mucho, siempre estaré dispuesto a colaborarle para que salga adelante…”. Gracias a ellos y su voz de aliento, eso es mi mayor aliciente en este momento. Pero el otro estado es el de preocupación, asumen que me he tornado un poco descuidado con ellos, tal vez si lo pienso no me dedico mucho a pasar con la familia y pues algo hay de razón. De momento optaré por tener un día con ellos, y pues ahora con el tiempo que tendré de sobra pues estar ahí para que no me extrañen, pues eso fue lo que me manifestaron.

Las amistades están bien. No soy el mayor de los amigueros, podría contarlos con los dedos de las manos, pero aun así y con la reflexión acerca de la familia que escogemos, pues ellos también son parte importante de mi vida. Ellos si no reprocharon ni dudaron en que tomara la opción, tal vez de ellos y sus reflexiones fueron los artífices de que tomara esta decisión de desemplearme. A cada uno de ellos, no podría decirles más que gracias. Por cuestiones monetarias entenderán que es difícil subsistir con una liquidación y un sueldo corto, pero estaré en contacto en la medida de lo posible.

De momento me siento en mi cama a meditar cual es el paso a seguir. Después de hace mucho tiempo, no me encontraba en esta situación de confusión. Sentirme frustrado sería muy complejo, pero sentirme tranquilo tampoco sería una verdad. Pase de un estado “activo” a un estado de “incertidumbre”, pues no se ahora que pasará. Las cosas uno la forja, pero los ánimos no me dan mucha fuerza de sentirme en un factor de cambios radicales. Esta vivencia personal la dedico a aquellos que todavía andan pendiente de mí; no soy el mejor amigo, el mejor estudiante, el mejor empleado ni el mejor hijo, pero trato de mejorar cada día, gracias a ustedes.

Ps: Será de momento estudiar con ánimos y ver que nuevo empleo me consigo.