viernes, 4 de febrero de 2011

Se nos está haciendo tarde.

El día de hoy, leyendo algunas cosas del ensayista colombiano William Ospina, me he puesto a reflexionar acerca de nuestro estado de evolución, les quiero compartir mi opinión.

 La escena más cercana de nuestro estado real de evolución.

En un proceso de retrospectiva, podemos observar que han pasado muchos años y consigo hemos podido evolucionar en pro de satisfacer las necesidades del hombre; de ello depende ese proceso, pues siempre estamos buscando que todo sea más sencillo, que las tareas más complejas sean menos laboriosas y que nuestra experiencia en el transcurso de la vida no nos proporcione inconformidades, sino al contrario, que tengamos la opción de poder disfrutar de todo lo que hacemos de la forma más cómoda.

¿Acaso hemos pensado qué el resultado de simplificación de nuestras vidas, de los procesos y de las nuevas tecnologías que nos permiten disfrutar de muchos placeres tiene un efecto secundario?

A veces somos el resultado de aceptar la primera impresión de las cosas, no somos seres analíticos, más bien nos dejamos cautivar por la exterioridad pero no vemos el trasfondo. Si usamos esta analogía en un contexto social, podemos pensar que muchos de nosotros vivimos en tratar de suplir nuestras necesidades, en poder solucionar nuestros inconvenientes pero nunca nos detenemos a pensar en los efectos que pueden causarnos nuestros facilistas estilos de vida.

En la línea del tiempo, nosotros hemos considerado que somos el resultado de muchos cambios sociales, tecnológicos, culturales e intelectuales que nos hacen la mejor especie de la naturaleza. Los cambios sufridos en estas etapas podríamos considerarlas como un progreso de la evolución humana. ¿Pero acaso somos mejores, si al querer satisfacer nuestras necesidades podemos destruir nuestro entorno, destruir las sociedades, desaparecer las culturas e inclusive, poder destruirnos a nosotros mismos? ¿Somos tan inteligentes que hemos creado nuestras propias armas de destrucción? ¿Eso será que nos hace diferentes y por ello, más modernos, mejores que los demás? 

A lo mejor, somos la especie más destructiva del planeta, pero nosotros no sentimos eso, pues nuestros actos se justifican en pro de avanzar, de lograr grandes máquinas, de avanzar tecnológicamente, de simplificar tareas, en fin, de todas esas nuevas necesidades que el mercado nos ha inventado y que de las que dependemos, simplemente porque somos consumistas de todo aquello que reduzca en gran o pequeña parte alguna de nuestras tareas de la cotidianidad o que mejore nuestra existencia independiente de los demás.

Hemos considerado que en nuestra actualidad logramos conseguir los máximos desarrollos humanos, todo ya casi está inventado y aun así siempre estamos en la necesidad de algo nuevo. Ese es el manejo que tienen unos pocos, aquellos que tienen poder y no solo económico, también intelectual, pues ellos saben la forma de que nosotros seamos personas que siempre estemos necesitados de sus objetos, de sus servicios, nos volvemos dependientes a ellos: ese consumismo no nos permite concebir la vida sin alguna de sus maravillas. Que ignorantes somos, si nos diéramos cuenta que esos inventos que nos venden no son tan necesarios y nosotros como seres de poca capacidad de pensar caemos en sus trampas, en este caso nos volvemos consumistas y dependientes. 

 Nosotros somos consumistas por necesidad, no por naturaleza.

De todas formas, no toda la culpa la tienen ellos, pues a veces te dibujan una idea estereotípica de lo que debemos ser y nosotros no optamos por escoger, más bien, cedemos a aceptar las cosas. Si nosotros desarrolláramos un control sobre todo lo que se nos ofrece, a lo mejor la historia sería diferente. Esa es la solución, no en erradicarlos, pues a la final siempre estarán ahí, más bien volvernos críticos en escoger lo que necesariamente es útil y válido como herramienta del progreso, más allá lo demás será un desperdicio.

Si observamos de nuevo atrás, podremos darnos de cuenta que muchas cosas como seres humanos las hemos mejorado y no negamos el hecho de descubrir otras tan importantes que nos definen y nos hacen diferentes a otras especies, pero en el afán de vivir y de lograrlas estamos descuidando otras cosas, para unos menos importantes o sublimes, como nuestro hogar, nuestro espacio, el planeta, las especies y recursos naturales. En fin, son tantas cosas que pensamos que podemos inventar, pero no nos fijamos que otras son imposibles: no hemos desarrollado la capacidad de resucitar, de revivir y esos recursos naturales propios de nuestro hogar no son desarrollados en línea como una máquina, pues son únicos y la sabia Tierra se encarga de producirlos. 

Hasta ahora, cuando los síntomas secundarios de la enfermedad comienzan a ser evidentes, solo en este momento empezamos realmente a preocuparnos, comenzamos a tomar medidas al asunto, e incluso fijamos nuestra vista de desarrollo en pro de contribuir combatiendo la destrucción que nosotros mismos nos estamos haciendo. Solo esperamos que aquellos intentos por rescatar lo perdido no sean en vano, ya hicimos mucho daño, ahora la tarea de comenzar a enmendar nuestros errores, estos procesos ahora ya comenzaron y solo el tiempo determinará si los intentos fueron válidos o no.

1 comentario:

Pircamita dijo...

Me gusta mucho tu cuestionamiento, es logico, es bueno.

Vic!!!