domingo, 13 de marzo de 2011

Solicito cambio de chip. O por lo menos, hacerme un upgrade.

Estos días por algunas situaciones personales he optado por cambiar de trabajo. A pesar del largo año que pasé en la empresa donde trabajaba, ya estaba un poco hastiado de la situación, de verle la cara a mi jefe, de sentarme en la misma silla, en fin, me dio un ataque de existencialismo y opté por cambiar y esta semana ando de capacitación.

Cambiar no es malo, nosotros como seres humanos debemos estar acostumbrados a ello. Con la vertiginosa velocidad en la que vamos, consideremos el hecho que debemos adaptarnos al entorno y volvernos más ágiles y menos metódicos. Cuando menos lo pienses, todos van adelante y tú te vas quedando ahí, mientras el mundo sigue y te deja tirado. A pesar que logré saciar mi necesidad de ver gente nueva, de cambiar de horarios, de ambiente, de lugar, de jefe, de compañeros de operación, de celador, de plantas, de ver otros edificios, de tomar un bus diferente, en fin, ahí me queda un hueco, algo parece no llenar de todo esa insatisfacción.

El poder de aprender siempre debería estar ahí, inherente a nosotros mismos.

A veces me siento complicado, incluso conmigo mismo. Quiero y no quiero cambios en mi, a veces me considero lo suficientemente flexible como para darme a mí mismo la oportunidad de hacer cambios, como a veces me siento lo más psicorígido posible y no puedo dejar de ser alguien metódico y cuadriculado.
Desligar en mí esos dos aspectos es algo complicado. Quisiera dejar a veces de lado la inteligencia algunas virtudes para convertirme en alguien menos complejo (se me viene a la cabeza un chiste pendejo de lo que es un niño complejo) y ser más básico. Muchas veces ser menos complejo te permite ser más feliz en otros aspectos (¿o será convertirse en menos exquisito?), si bien la gente menos agraciada conceptual luce feliz o eso puedo percibir, no podría concebir una vida llena de vacios cognoscitivos e intelectuales.

Si bien lo pensara, extrañaría bastante el poder deleitarme con una obra de Tchaikovsky, de Strauss, de Satie o de Du Pré, de poder aprovechar las ventajas de usar métodos para resolver problemas numéricos como las ecuaciones diferenciales, las transformadas de Laplace, del uso de los decibelios, de poder concebir la teoría cuántica, de poder verle la gracia al Guernica, de disfrutar y entender lo que me dice Steve Taylor en What it Takes, de sentirme emocionado al ver como Robert Langdon va detrás de las pistas al enigma que crea Dan Brown en sus historias o de poder ver un sudoku sin sentir la gana de llenarlo de números. En fin, son muchas cosas que podría perder y que dejaría de disfrutar, pero podría ser más simple, dejar de pensar en cosas que los demás si quiera llegarían a considerar (incluso como escribir esto) para dedicarme a ser feliz.

No siempre es bueno saber mucho. Debes aceptar ser más básico.

¿Qué pasaría si pudiera cambiar ello? Despertarme un día con menos preocupaciones, ver las cosas más fáciles, estar rodeado de gente que pueden ser mis amigos por lo que soy, de tener alguien a mi lado que me quiera así, sin más ni menos, sin mis virtudes y con mis defectos, de poder ir a un trabajo que me dé un sustento básico, que mi familia no ande pendiente de mi…

Que aburrido sería pensar ello, la vida ahora me demuestra que algo de lo complicado lo hace interesante (o eso lo digo por el hecho de ser como soy), pero si hace falta evaluar unos cambios necesarios para poder dejar un poco más contenta mi conciencia y mi existencia.

Necesito aplomar mis ideas respecto a otra referencia: sería bueno tener un novio. Si bien oficialmente no tengo novio por más de un año y medio, algo de mi piensa que sería bueno poder compartir muchas de mis vivencias con alguien. Todavía pienso que los demás andan mal, pero ¿y si soy yo el qué está mal? Muchos de los que me rodean, los veo en la capacidad de poder conseguir alguien de manera sencilla, parece un proceso tan fácil que me exaspera el hecho de yo no poder hacerlo. Soy sincero, he podido sacar a más de uno con excusas tontas o por argumentos poco válidos (es que no tiene estudios/es muy preparado, es que no tiene trabajo/vive ocupado, es que es muy joven/mayor, es que no tiene/tiene mucho tiempo, es que es muy bonito/feo, es que es adinerado/pobre, etc.) y realmente no veo lo simple de una persona.

Aunque soy lo suficiente crítico para afuera y juzgo por muchas condiciones, se me hace complicado hacerme ese autoanálisis (esto es un comienzo, aceptarlo) que determine lo que debo corregir. Debo dejar la prepotencia de lado, y volverme más sencillo, más básico, dejar de lado muchos aspectos para ser más persona y menos concepto, ser más humano y menos idóneo.

De alguna manera me he acostumbrado y se como ir lidiando con algo de esa soledad. Igual, si te llaman, un SMS, un mensajito al e-mail o al Facebook, a nadie le cae mal, eso nunca podría sobrar. Esto suena como a dejar mi hoja de vida al aire a ver que puede caer del cielo; aunque no creo que un príncipe sea un ángel que viene a rescatarme, si pretendo dejar esto como una manera de poder ver que necesito de cambios en mi vida. Si veo esto, me recordaré que necesito cambios, para bien y para mal. Soy un poco cobarde, no niego que algunas oportunidades estuvieron ahí y preferí salir corriendo para sentirme más seguro o aliviado, pero es solo un proceso sutil de negarme sentir algo por alguien y pues no puedo continuar así.

Esto es lo que deberíamos ver fuera de los prejuicios: la esencia de la persona.

De alguna manera quiero ser honesto conmigo mismo, no sé si esto sea un espacio adecuado, pero quiero aprovechar que no ando cargado de pensamientos ni procesos conceptuales, para darle espacio a mis sentimientos y dejar que ellos tomen el teclado del laptop y aprovechen el desorden de ideas.

Más que una propia reflexión, es una manera de que también miren y revisen si están necesitando un cambio. Un auto análisis es bueno, podemos depurar más de un mal pendejo y bueno, si casi de todo se nos salva, quien quita que solo sea un pequeña actualización o upgrade lo que sea necesario para comenzar a arreglar esos errorcitos que nos aquejan.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Entiendo que a veces nos sentimos solos y que nos tienta la posibilidad de cambiar para acomodarnos a la sociedad que nos rodea; se debe tener cuidado de no ir en contra de si mismos, de sus principios y de su esencia.
Podría ser un precio muy alto por algo y puede ser que te arrepientas de lo que encuentres.

Fercho dijo...

Es lógico que los cambios que debemos considerar no deben atentar contra nuesta filosofía de vida, igual tiene razón al considerar que no todo cambio puede ser bueno; estas vivencias solo se pueden refutar en el mismo momento de hacer los cambios. Para bien o para mal, solo con la prueba de estos cambios podremos determinar si fue buena o mala decisión.

Gracias por tu reflexión y gracias por leerme.