viernes, 7 de enero de 2011

La prefiguración del nuevo año.

Bueno, un año más ha pasado, con el hemos dejado grandes logros, así mismo están los fracasos, muchos de ellos de diferentes índoles: laborales, económicos, personales, etc. Si pensamos en las cosas que deseamos y hacemos un paralelo con las que pedimos para este, a lo mejor vamos a seguir en esta misma situación; muchas cosas podrán suceder, pero la esencia es la misma. En este caso en particular he querido evaluar tres posibilidades referentes a los estados personales, a lo mejor y la mayoría de personas siempre piensan en grandes cambios para el nuevo año respecto a lo que se vivió en el año que hace poco acabó, entonces evaluaremos las posibilidades de querer encontrar a alguien, de tener ya alguien o de pensar que definitivamente esto no es lo suyo y necesita estar solo.

Muchos que estuvieron solos desearon estar con ese ser maravilloso ser (refiérase a príncipe azul) que no consiguieron el año pasado; si usted llega a ser honesto consigo mismo piense porque ese personaje que solo es un producto de la imaginación de muchos literarios y que solo existen en los cuentos de princesas y de historias tipo Disney no llegó a su vida. A lo mejor usted no tiene la talla del pie que el príncipe busca con afán para ponerle la zapatilla perdida.

Si bien sonará común para muchos o inverosímil para otros, están en la búsqueda del sujeto estereotípico que surge del resultado de una sociedad consumista e inventora de necesidades: tú no eres hombre si no usas una marca de ropa que no usen los demás pues tienes la boutique del diseñador disponible para algo original o en el peor de los casos vestirte tan simple como los demás con algo de D&G, Ralph Lauren o un Armani, si no usas un determinado ‘gadget’ como un Smartphone que tenga un plan de datos y que solo te producirá una enfermedad en los dedos de tanto usar el teclado Qwerty o la pantalla táctil, si no estás en la estratósfera de la sociedad codeándote de estrellas poco brillantes y haces parte de la farsándula criolla mientras apareces en la revista del Jet Set, si no posees un cuerpo resultado de muchos años de gimnasio o de manera facilista con las ayudas de esos mágicos retoques quirúrgicos, si no eres un chico fashion propio de Theatron o de Romeo que solo cree que la vida es una rumba y que las oportunidades están al alcance de la barra de un bar, si eres alguien que solo puede estudiar una carrera en la universidad de Los Andes porque las demás universidades no te proporcionarán el mismo estilo de educación y de poderte codear con amigos catalogados por ti mismo como ‘gente bien’, que al menos haya podido tener la oportunidad de tener un pasaporte o una visa en las manos para haber salido de este sitio tan tercermundista mientras te tomas fotos al mejor estilo Fotolog en algún monumento conocido de algún país diferente al nuestro, tienes que tener conocimiento de lo mejor y lo más exitoso de la actualidad de la música porque en tu Ipod no debe faltar algo de Lady Gaga, Katty Perry, Kesha, Britney Spears y todo ese montón de chicas que venden su música como una puta puede vender su cuerpo o debe estar rodeado de lujos y comodidades dignas de un príncipe porque salir a comer a Wok & Satay Bar o ir al Pajares Salinas es una ‘boleta’ si no vas por lo menos montado en una camioneta digno de un traqueto.

Lo más interesante del afán de la búsqueda es que de ese estilo de príncipe existen en todos lados, tal vez no tienen todas las cualidades para serlos, pero solo es que le preguntes a alguien y al mejor cumple con esas características descritas anteriormente, pues a nadie le da el orgullo y ego como para negar algunas de estas.

Si, usted, no me ponga esa cara si le digo la verdad...

Otros, por el contrario estuvieron satisfechos con alguien y desearon que esta persona este contigo por mucho más tiempo, podría imaginarse que para toda la vida. Si miramos algunos números y documentos (esta información citada es solo con fines demostrativos, a lo mejor hay mejores fuentes, pero fue las que encontré) se ha establecido bajo algunos porcentajes que de toda la población actual, el 11,54 porciento de esta son de personas homosexuales (JA Herrero Brasas, La sociedad gay. Una invisible minoría, Madrid 2001) y además de esta población, solo el 15 porciento de esta llega a ser felizmente estable por más de 15 años de vivir juntos (J Roughgarden, Evolution's Rainbow: Diversity, Gender, and Sexuality in Nature and People, University of California Press, 2004). Sin pretender emitir juicios, yo como ingeniero y por ende creyente de los números, podría determinar que de toda la población solo el 1.73% son homosexuales que viven felices por una buena parte de la vida. Acaso la cifra será bastante pequeña o por el contrario soy tan optimista para pensar que ese porcentaje con respecto a toda la población llega a ser una cifra bastante generosa de parte de los estadistas. Ahora si lo medita, lo analiza y reflexiona de manera honesta y lo observa desde esta perspectiva objetiva, ¿usted realmente cree qué encaja dentro de ese espacio muestral?

¡Qué bien por Roger y Perry que si entran en la muestra!

Y finalmente están aquellos que ya la vida los ha tratado tan mal, que definitivamente consideran que no vale la pena seguir besando sapos para ver cuál es que esta premiado. La resignación para ellos está en llenarse de los mejores súper amigos que solo se acuerdan de ti cuando necesitan un favor tuyo, algo de dinero o a lo mejor porque te prestaron algo y tú olvidaste devolverlo. En la mayoría de los casos este es un estado de transición, pues porque definitivamente quieras o no, tú no te podrás resignar a quedarte con la soledad; ella es buena amiga, pero totalmente mala consejera y es quien te dará los ánimos para que siga en esa búsqueda insaciable de la felicidad.

Las demás cosas que siempre pides: ser más flaco, menos pobre, más bonito, más intelectual, más popular, menos superficial y la paz mundial, déjaselo a las reinas y divas en nuestro caso. Si ya pediste por tanto tiempo eso y no se te cumple, no seas terco y entiende el mensaje, ACÉPTATE y QUIERETE como eres, pues es eso lo que más vale, ser tú mismo y así por lo menos tú podrás quererte a ti mismo. Con esta reflexión los invito a comenzar un año y una nueva década. Feliz día de Reyes.

1 comentario:

Monchis dijo...

Feliz año y muy buenos deseos en este nuevo año que comienza.

Saludos